viernes, 29 de julio de 2011

No quiero flores




¿Cuando fue que llegué a ese punto? ¿Cuando toqué fondo realmente? ¿Cuando me di cuenta que estaba tan en la profundidad que no daba pie? ¿Cuando? ¿Me di cuenta en algún momento? ¿O sigo tratando de dar pie?

Ver estas fotos, de mí, con esa tristeza casi incontenible, me pone los pelos de punta.
Me da miedo. Me da terror volver al fondo. Me da terror caminar, y saberme tan débil.
Sé que puedo salir ilesa de muchas cosas, porque ya sé lo que me lastima.

Pero... ¿cómo te deshacés de vos misma? Cuando soy yo la que se autodestruye, basicamente, todo el tiempo.

Volví a leer Abzurdah. Cuando lees a que a alguien le pasó lo mismo que a vos, y lo cuenta detalladamente… la verdad, me inundó la angustia. No sé, lo viví dos veces, y aunque fueron tan diferentes entre sí, fueron iguales.

Se perdió todo registro de esos días. Ni siquiera tengo recuerdo de los días anteriores. ¿Qué hice? ¿A dónde fui? ¿Con quien estuve? ¿A quien le mandé mensaje antes de ese maldito cocktail de pastillas?

La segunda vez lo tengo más presente, pero de la primera, no me acuerdo de nada. Absolutamente nada.

Esas cosas me angustian, porque no sé... de verdad no sé cómo llegué al punto de matarme. Y tocar el fondo y no tener fuerzas para impulsarme.

No me acuerdo de nada. Ni de los días previos, ni los que le siguieron. Sé que un día, estaba en las vacaciones familiares, como siempre, como si desde el día anterior a las pastillas y ese fueran consecutivos.

Me da pánico saberme tan débil. Saber que hoy estoy, y mañana no sé. Me da pánico mi inestabilidad. No saber a donde ir, cómo ni porqué.

En fin, encontré esta foto. Y ta, me dio cosa ver que no tenía nada, más que unos ojos super tristes y una nariz de payaso. Y ... ¿a quién le explico? Por dio'.

jueves, 21 de julio de 2011

ElFríoDelSacapuntas

Me embola esta bipolaridad que me tiene consumida.
Este estoy barbara, y el ahogo en la tristeza incontrolable que me consume después.
Odio este discurso que me repito a diario de VOS PODÉS, para volver a caer en lo mismo, el mismo deseo de morir, ahogarme y consumirme que tuve siempre.
Me canso de mi misma, de mi deseo incontrolable de llorar y llorar y que no me bastan las lágrimas, y que vuelvo a mirarte, ahí, adentro de mi billetera, como siempre.
Me paro, otra vez. Pero de verdad no puedo. Y escribo, tratando de apagar mi mente, alejandote de mis manos... Tarde o temprano voy a volver a caer; no es ni la primera ni la ultima vez.
Extraño esa sensación de control, de decir NO y cumplirlo. De no necesitarte. De poder vivir sin vos. Pero volviste, otra vez. Y no te puedo dejar, no te quiero dejar, porque otra vez siento que estoy acá.
La vida cambia, de un segundo para el otro, incontrolable, como siempre.
Estar en la cima, y bajar.
siempresola

martes, 19 de julio de 2011

Reíasyentubocameperdí

Hay cosas que dejé atrás, que no quiero recordar. Cosas que me condujeron a un lugar oscuro, feo, y que no me gustó.
Lo quiero dejar atrás de una barrera que puse.
Me encantaría poder explicarme, decir que me quedo con las cosas que saqué de ahí, las cosas que no pienso volver a cometer, los errores que no voy a dejar que me consuman a mí, la Ela gritona, chillona, fastidiosa, inestable.
Hice una selección de cosas que me gustaría dejar, y las cosas que no.
Esos tres años se quedaron atrás, con un montón de cosas, con muchas cosas oscuras. Las dejé atrás en una caja con cerradura, y que no pienso volver a abrir.
Irónicamente, todo eso que pasó, todo eso que fui, también me afectó el futuro. Por eso esta tonta linea que repito una y otra vez: lo que soy es también lo que fui.
Llevo miles de marcas de ese pasado que se terminó el 12 de abril de 2008. Lo dejé ahí, con él, lejos de la persona en la que me convertí hoy.
(Seguramente, él diga que yo lo siga amando. Porqué es lo que siempre dice, cree que toda mi vida es oscura y triste porque no esta. Que él me dio vida, cuando la que le dio mi vida fui yo, y opté en volverla mía ese día que decidí cerrar la puerta).
No quiero volver a perderme, como me perdí.
He crecido lo que no tiene nombre, sé hablar, decir, decidir por mí.
Sé que me falta mucho camino por recorrer, pero también sé que no soy aquella niña sumisa que se dejó basurear, se dejó tratar como mierda, se dejó tantas cosas.
Hoy... Hoy me siento rara, es la verdad.
Siento que muchas cosas se quedaron del otro lado de la línea, que he decidido quedarme con lo bueno de todas las cosas que viví, sé que puedo llegar al fondo y salir, sé que puedo quedarme en el fondo, sé que puedo esperar que me salven y que seguramente haya padres que me saquen a flote, y sin embargo, estoy dispuestaa correr el riesgo y aprender a nadar.
Quizás mil veces quiera correr, ahogarme, morirme, pero estoy un 99,9% segura de que no voy a volver a tomarme 150 pastillas.
Estos tres años y medio han pasado y han tenido muchas cosas extrañas. Peleas, confrontaciones, gritos, chillidos, más peleas, pero por sobretodo, aprendizaje, de ese que opté por guardarme, y usar siempre, de ese que tengo guardado en el alma.
He aprendido a amar y que me amen, a vivir de la música, a salir a flote (siempre con manos que sostienen), a crear una red bajo mis pies, a saltar, a ser feliz con poco, y por sobretodo aprendí que la felicidad es una suma de momentos, uno tras otro... Y si hoy me preguntan, voy a decir que soy feliz.
Soy feliz porque tengo un novio que amo, y me ama. Con el que comparto todo, hasta el punto de molestarlo.
Soy feliz porque tengo una familia hermosa que nunca ha dudado en correr por mí. Y una familia que he adoptado como familia, y que tampoco a dudado en correr por mí.
Soy feliz, porque tengo amigas y amigos, ex amores que amo, que se han convertido en amigos, amigos que son geniales, amigos fastidiosos, amigos gritones, amigos chillones, amigos molestos, pero amigos al fin, por los que correría a china.
Soy feliz aunque no sepa que hacer con mi vida, a que dedicarme y tener la incertidumbre de no saber de que mierda voy a vivir en el futuro.
Pero, extrañamente, soy feliz porqué cuento con algo que antes no contaba... con algo que nunca había contado... y ese algo soy yo




#terapiademierda

lunes, 18 de julio de 2011

MandalaFeliz


Creo que hacía mucho que no disfrutaba tanto de Mandala. Al punto de sentirme en extremos feliz por estar ahí, parada, bailando sola.
Mandala es de esas bandas que me mueven y punto. Desde hace años. Como la primera vez.
Por más que piense y piense no encuentro cosas de Mandala que me disgusten. No hay un tema que diga: no, este no me gusta.
En algún momento del toque, me dio un poco de nostalgia, tristeza, y me sentí sola. En un momento sentí que me faltaba algo, que había ausencia de alguien, eso que estuvo durante tanto tiempo.
Pero volví a mirar alrededor, y seguí bailando sola en el medio del pogo. Y me volvió a inundar esa sensación de felicidad, de que iba a estar todo bien, porque por primera vez sentí que lo importante que nos había tocado vivir, ya había pasado, que por algo la vida decidió abrir el camino en dos.

miércoles, 13 de julio de 2011

¡Que molesto!

Odio que no me entiendan.
Odio ser tan incomprensible.
Odio ser tan chota.
Odio ser loca, inestable y caprichosa.
Odio todo de mi persona.
Hasta las cosas lindas que a veces creo tener.

OdioOdioOdio.
TeOdioDanielaIliana.


Un día se me va a pasar, ¿verdad? Va a haber un día maravilloso en el que diga "puta, no soy tan odiable como creía"




Odio odiarme.

lunes, 11 de julio de 2011

Nostalgias

A veces me sorprendo, y mucho. Cómo cambiaron las cosas, de un año al otro, cómo se perdieron tantas cosas en el camino, y se ganaron otras.
Es verdad, ver fotos de ellos me pone nostálgica, y a veces me llena la impotencia, las ganas de cambiar la historia, de dar vuelta todo, de pensar en porqué no hice las cosas de otra forma.
Me encuentro riendome de momentos bizarrons, personajes que pasaron (cómo el Sr. Del Mambo), y me hacen eco las miles de risas que salieron, y aquellas que hubo que tragarse.
Y entonces, me invade ese sentimiento, el de querer haber hecho las cosas bien. Todas las palabras que uno se traga, las que no dice por miedo. Los gritos que evitamos, las discusiones, el ceder verdades para no pelear. Y la explosión, la inevitable explosión que viene después de todo esto. (Y que inevitablemente, también nos tocó a nosotros).
La tristeza de no saber manejarte, la tristeza de no saber como actuar, la de ni siquiera saber como enfrentar la realidad, la que te esta matando cada día un poco más.
Despertarte un día, y preguntarte en qué pifiaste, y pensar “pucha, hablé tanto y no saben quién soy”.
Me gustaría muchas veces ir para atrás, arreglar las cosas, intentar no errar tanto. Intentar expresarme mejor, ser mejor.
Pero la historia, lamentablemente, no la hago solo yo. No es una historia en la que yo invento personajes y hacen y dicen lo que quisiera, o me gustaría.
La historia, somos todos. De alguna u otra forma.
La que se siente aludida siempre, la que sufre callada, la que siempre rie, la histerica y malhumorada, la simpatica, la fiestera.
Tengo que seguir, esperar que un día estas fotos, sean un recuerdo feliz, que lo acepte como una derrota, como una guerra que ni siquiera quise pelear.
Esperar que esas fotos, un día, solo me hagan sonreir y pensar: que buen recuerdo.
Porque eso son, y eso serán siempre: un buen recuerdo, que nunca quise perder, y sin embargo, lo terminé haciendo.