Iluminandome

Y entonces entendes que hay un millón de cosas maravillosas que no ibas a ver si tus padres no te salvaban la vida aquella tarde de noviembre.
Te das cuenta que perdiste mucho más que la inocencia en el camino, pero que ganaste otro montón de cosas que no habrías podido encontrar.
Tenés amigos de hierro, esos que confian en vos a morir, aunque seas una loca inestable.
Amigos capaces de darte aire cuando no podes respirar.
Soy una mina díficil, y sin embrago, tengo un puñado de amigos capaces de soportar mis desesperaciones y desapariciones. Que comparten conmigo sus cosas más preciadas, y que aún en la distancia, saben que pueden levantar el tubo, y decir: te necesito.
Quizás recién hoy me de cuenta de que no soy reemplazable, que mis amigos, esos que dan todo por mí, y por los que doy todo, entienden eso. Que soy capaz de dar todo de mí por ellos. Que aunque estemos distantes (y no por querer, sino que la vida no nos deja mucho tiempo para compartir tardes enteras jugando a las muñecas como cuando eramos niñas)  saben que voy a ir a donde esten.
Que tu familia, es la mía. Que tu vida, también es mía. Que si alguien te lastima, también me lastima a mí. Y que si sos feliz, yo también lo soy.
"Me cuesta hacer este viaje...". Mis amigos han sufrido por mí. Les he hecho cosas impensables, he puesto en tela de juicio sus decisiones cada vez que eligen quedarse a mi lado.
Estos meses fueron difíciles. Hubo que enfrentar miedos, desesperaciones, cagadas, tragarse mentiras, y escupir muchas verdades. Me ha sido dificil enfrentar perder personas que eran muy importantes para mí, perder amigas en las que creí a morir, y que simplemente no eran las personas en las que yo creía.
Hoy, creo que tengo otra mirada. Que estoy tratando de dejar eso de lado y concentrarme en las personas reales, en las que tengo acá. Las que se rien conmigo, y lloran, y pelean y me putean.
Siempre me repito que después de la tormenta, siempre sale el sol. Y creo que de a poco esta metiendose entre las nubes, e iluminando un poquito.