miércoles, 14 de diciembre de 2011

_desahogo_

Todo entre nosotros fue así. Una reverenda mierda.
Siempre me diste la espalda. Siempre estuviste así, de costado. 
Nada en mí vida te importó. Si iba, si venía, si quería hacer algo más que morirme en mi vida. 
No entiendo como no lo pude ver, cómo pude creer que te amaba, cómo incluso dejé que dominaras toda mi vida; que dominaras lo que sentia por mi familia, por mis amigos... Los mismos que alejé por vos. 
Sin querer, la vida me dio una chance de salir a flote, de darme cuenta de todo, y volver a vivir. 
De enamorarme por primera vez (y darme cuenta que nunca me había enamorado de vos). De salir y darme cuenta que nunca me amaste, nunca me quisiste realmente; como yo nunca te quise a vos.


(29 de noviembre 2011)

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